Conociendo el lugar.

Aguantó de nuevo su espada cuando el otro paró el golpe, moviendo un poco los pies para hacer más fuerza. Lo que no se esperó para nada fue el repentino empujón del castaño. Cayó de espaldas en el suelo, deslizándose un par de metros por el suelo y notando su espalda arañarse con las piedras (?). Se quejó ligeramente y se incorporó de golpe, espada en alto.

- ¿¡Pero qué dem--- - empezó a recriminarle, quedándose estupefacto al ver a aquél gigantesco chucho....encima de Squall. No se había dado cuenta de que el perro había aparecido. ¿Cuándo había sido eso? Seguramente Squall lo vio y por eso le apartó... pero ¿por qué? Apretó el mango de la espada, bufando. ¿Es que ese día no podía luchar tranquilo contra el castaño, que no paraban de interrumpirle? Preparó un electro, lanzándose contra el can con la espada en alto sin lanzarle la magia. No lo iba a hacer mientras aún tuviese al otro bajo sus patas. Le consiguió hacer un corte en la mejilla, haciendo que se girase hacia él y le gruñese, preparandose para atacar. Le lanzó el electro que le rozó la oreja. Hizo un gesto con la mano, socarrón, como llamándole.

- El único que puede cargarse al comandante soy yo, así que... ¿por qué no te pierdes un rato?- sonrió, poniendose la espada en la nuca sin bajar la guardia. No sabía por qué lo había hecho, pero ahora no había marcha atrás.

Se estaba divirtiendo contra aquél perro, propinándole de vez en cuando algún corte. De repente escuchó el ruido del sable pistola cargarse e inconscientemente se giró, hecho que imitó el chucho. Vio cómo recibía el tiro y se tambaleaba levemente.

- ¡Apártate! - quiso gritar, pero era demasiado tarde. El perro había caído encima de Squall, haciendo que uno de sus colmillos rasgase su piel. Chasqueó la lengua disgutado. De nuevo estaba herido, cosa que impedía que pudiese seguir peleando bien. ¿Es que todo el mundo estaba en contra de que tuviese una pelea normal y corriente? Suspiró. Encima había gastado su última cura antes de que ese perro apareciese. Tendría que aplazar el combate... una vez más. Se acercó al castaño, tendiéndole la mano.

- ¿Estás bien o te llevo en volandas?

Se quedó en silencio por unos momentos. Acto seguido estuvo a punto de hacerse un facepalm a sí mismo por semejante obviedad. Se quedó mirando al perro, buscando la manera de sacarlo sin que hiciese más daño al moreno. Tampoco tenía ganas de escucharle hasta que encontrase la manera de curarse. Aunque conociendolo seguro que no se quejaría, sino que se lo guardaría para él, como siempre. Se dio un facepalm mental. ¿Desde cuando le importaba lo que pasaba con el moreno? Se acercó al perro, mirándolo de arriba abajo. A ver cómo se las apañaba.

- A ver... - se pasó la mano por la sien.- Ahora no te muevas.

Cogió al perro por las fauces, las cuales tenía abiertas, y tiró de él hacia arriba, con esfuerzo. Le costó, pero al final pudo apartar su cabeza de encima de Squall, echándolo a un lado. Se sentó en el suelo, jadeando ligeramente por el esfuerzo. Aquello no se le iba a olvidar en mucho tiempo.

Se quedó un rato más sentado en el suelo, respirando agitadamente debido al esfuerzo que le había supuesto mover al bicho. Cuando su respiración y una vez se normalizó se levantó, clavando la espada en el suelo para levantarse. Al hacerlo desclavó la espada, mirando levemente al castaño. Chasqueó la lengua al ver cómo la sangre bajaba por su brazo y salpicaba el suelo.

- Deberías ir a la ciudad a que te miren eso. Ya no tengo más curas con las que ayudarte... - se echó la espada a la espalda y empezó a caminar, ya que sus ganas de duelo habían bajado a niveles bajo cero. Ya se entretendría en ver pelear de nuevo a Trueno y Viento, o en dar una vuelta por ahi. Lo que fuese para salir de allí, ya que, aunque pareciese algo raro... en aquellos momemtos se sentía algo incómodo al lado del castaño.